Devocional | Jesús el verdadero Sacerdote

(Heb 4:15) Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

Tenemos un mediador seguro que se compadece de nosotros en todo. El intercede eficazmente y se ha ofrecido así mismo como ofrenda por nuestros pecados. Este es Jesús nuestro gran sacerdote que vive por siempre. Perfecto y sin pecado Él nos representa y ahora es nuestro mediador entre Dios y nosotros. 

Designado por el Señor, Jesús ofreció un sacrificio por nuestros pecado, donde él mismo era el cordero que pagaría por nuestros pecados (Heb 9:24-26). El sacerdote del A.T imperfecto y débil debía ofrecer ofrenda para purificarse primero de su propios pecados y luego ofrecer sacrificio por los pecados del pueblo. Una y otra vez los sacrificios eran llevados delante del Señor, debido a que eran imperfectos y no quitaban el pecado y no satisfacían las demandas de justicia de Dios. Lo único que podían hacer era cubrir el pecado y aplacar temporalmente la ira de Dios. El verdadero sacerdote ofreció el sacrifico perfecto, que quitó el pecado y soportó la ira de Dios hasta satisfacerla por completa. 

(Heb 10:19-23) Gracias a este sumo sacerdote “ahora tenemos confianza” para acércanos a Dios, pues Él abrió un nuevo y vivo camino para nosotros. Ahora nada impide nuestra relación con el Padre y cuando sintamos que el pecado y la tentación acechan, o cuando satanás nos quiere engañar, podemos confiar en esta verdad, Cristo se compadece de nosotros, intercede y se ha ofrecido de una vez y para siempre por nuestros pecados, para que nada obstaculicé nuestra relación con Dios. Así que cada día podemos ir hacia Él, esas son grandes y buenas noticias, si ponemos nuestra fe en él y en arrepentimiento nos rendimos de nuestros pecados para rendirnos a él.

Gracias a este sumo sacerdote “ahora tenemos confianza” para acércanos a Dios, pues Él abrió un nuevo y vivo camino para nosotros.

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