Dios es él único ser independiente (Sal 50:12). Él no está sujeto a nada ni a nadie (Isa 14:27). Es completamente libre, no hay condiciones para Dios, ni limites (Isa 14:24). No puede ser sometido, y no está a merced de nadie. Él es auto-existente y auto-suficiente, por consecuencia no existe ninguna necesidad en él. Él mismo es su propia fuente de gozo, alegría y satisfacción. Dios está completo en si mismo. De no ser así, entonces no sería Dios.
Cuando satanás engañó al hombre le dijo: “serás como Dios”,(Gen 3:5) Él les estaba diciendo: serás independiente y libre, no tendrás necesidad de estar sujeto ha alguien, tú serás Señor y Soberano. Ahora, sabemos que fue todo lo contrario. No solo quedamos sumidos bajo el dominio del pecado (Rom 3:9), sin libertad, sino como esclavos. Ese mismo pecado depravó el corazón en corrupción y rebelión. Hoy, el hombre caído cree la mentira de satanás, él piensa que es libre y soberano. Lucha por un poder que no tiene, desea un trono que no es suyo, y se atribuye una gloria que no le pertenece.
Como seres creados somos dependientes de Aquel que da la vida, y la quita (Deut 32:39), del que hiere y sana (Job 5:18), del que bendice o maldice (Gen 3:14-18; Gen 12:13), del que salva o condena (Jn 3:16-21). Independencia no es algo que tenga que ver con nosotros, pero si con Dios. Debemos depender del Señor en todo (Jn 14:15). Él es la única fuente verdadera de todo bien. Fuimos creados para conocerlo y encontrar nuestra identidad, gozo, deleite y satisfacción en él. (Rom 11:36)
Algunos quieren cuestionar la Independencia de Dios, argumentado que él no puede hacer todo lo que quisiera porque necesita a su creación. A.W Pink escribió al respecto: La expresión popular que dice: “Dios cuenta con nosotros”, le hace más débil que nosotros. Dios puede usarnos para adelantar sus causa, pero lo que hace a través de nosotros, podría hacerlo fácilmente sin nosotros. Dios no recibe poder ni sabiduría de sus criaturas para cumplir sus planes “Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fué su consejero? ¿O quién le dio á él primero, para que le sea pagado?” (Romanos 11:34-35).
Meditar en la Independencia de Dios debería despertamos a la verdad de que no somos nada sin él (Dan 4:35). Nos encontramos necesitados de Dios, de su salvación, de su provisión, de su cuidado y de su obra. Por esto, él envió a su Hijo a morir por nuestros pecados y tomar nuestro lugar en la cruz, y así pagar nuestra deuda con él. Ahora debemos confiar en Cristo y volvernos de nuestra rebelión en arrepentimiento. Gracias a esto podemos día a día deleitarnos en Aquel que es completamente absoluto.
Nos encontramos necesitados de Dios, de su salvación, de su provisión, de su cuidado, de su obra. Por esto, él envió a su Hijo a morir por nuestros pecados y tomar nuestro lugar en la cruz, y así pagar nuestra deuda con él.
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