Claude Duval Cole, en el libro La Doctrina de Dios, describe La Paciencia de Dios como una cualidad en la Naturaleza Divina que hace que Él sea tardo en el trato de sus enemigos. Las Escrituras lo afirman:
El Señor lo dijo acerca de sí mismo
(Exod. 34:6 Entonces pasó el Señor por delante de él y proclamó: El Señor, el Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y fidelidad)
Moisés apela a la paciencia de Dios e intercede por el Pueblo para que el Señor no los destruya
(Núm 14:18 Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable;)
Cuando Esdras confesó los pecados del Pueblo reconoció que aunque habían sido soberbios y no escucharon los mandamientos, el Señor fue clemente, piadoso y paciente y no los abandonó.
(Neh. 9:17 Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste.)
El Señor llama a su Pueblo al arrepentimiento
y el profeta Joel les exhorta a que la causa de ese arrepentimiento debería ser que Dios es paciente, grande en misericordia y dispuesto a perdonar (Joel 2:13 porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.)
El Salmista en sus oraciones reconoce cuan paciente y misericordioso es el Señor con aquellos que no le han considerado en sus caminos
(Salm. 86:15 Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en misericordia y verdad)
A.W Pink nos dice acerca de esto: La Paciencia Divina es el poder de control que Dios ejerce sobre sí mismo, haciéndole ser muy paciente con el impío y que detiene por tanto tiempo el castigarle”.
Dios no es impaciente, ni controlado por su ira. El controla su ira de principio a fin, no se encenderá en furor por algún insulto de los hombres. El hecho de que haya determinado un día final para juzgar y castigar a los hombres demuestra cuan paciente es y que nadie escapará de su ira al final. Debemos meditar en esto constantemente, y darnos cuenta que si hoy estamos aquí es porque el Señor ha sido paciente, compasivo y misericordioso. Él posee el poder para consumirnos en su ira de una vez, pero es paciente para que procedamos al arrepentimiento (2Ped. 2:9 El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.)
Postrémonos ante Él y seamos agradecidos por su bondad! Creamos a las buenas noticias del Evangelio, donde el Señor nos llama a poner nuestra en fe en Jesucristo quien sufrió la ira del Padre para que nosotros recibiéramos la reconciliación por medio de su sangre. Abandonemos en arrepentimiento el pecado y deleitémonos día a día en la Paciencia de Dios.
El Señor nos llama a poner nuestra en fe en Jesucristo quien sufrió la ira del Padre para que nosotros recibiéramos la reconciliación por medio de su sangre.
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