Los hombres se han adentrado a explorar las bellezas temporales de este mundo. Deslumbrados por el vasto universo y en su búsqueda por entenderlo, han viajado al espacio para encontrar respuestas. Les parece que eso es algo tan sorprendente y único que sería una completa ineptitud de parte del ser humano no estudiarlo para conocerlo y entenderlo. Los científico descubren nuevas criaturas en el mar y pasan años de su vida asombrados y dedicados a su estudio. Un nuevo metal, o sustancia es descubierta y ocurre lo mismo. Donde sea que el hombre encuentre algo aparentemente singular, especial, o atractivo el hombre irá para conocerlo.
La biblia dice que todas la cosas fueron hechas por medio de Jesús, por él subsisten (Col 1:17) y sin Él nada de lo que existe hubiera sido creado (Juan 1:3) Que gran verdad! Si el ser humano se ha deslumbrado por el universo ¿cuánto más lo estaría por Aquel que lo creo?. Si la creación es bella, ¿puede imaginarse lo bello que es Su Creador? Si algo tan terrenal puede causar asombro, estoy seguro que el Señor causaría no solo asombro, sino pasión por adorarlo. Nos perdemos en cosas vanas, cuando la realidad de toda las cosas, es Jesús. Él es mejor y verdadero. Es lo más importante, nada sería sin Él. Jesús es infinitamente valioso, bello, grande, asombroso, majestuoso. Él es digno de ser conocido, amado, adorado, reverenciado, temido, alabado; y es importante conocerlo porque todo se centra en él, todo es acerca de él y todo le pertenece a él.
Conocerlo y glorificarlo es el propósito de nuestras vidas. Fuimos creados para deleitarnos no en las cosas creadas, sino en el Creador. Pero caímos, y el pecado nos cegó a la belleza del Señor, pero el amado Hijo vino al mundo para quitar la ceguera con su luz y ha darnos vida por medio de su muerte. Podemos conocer al Señor gracias a que nos ha dado un nuevo corazón para que responda en obediencia a él. ¿Dónde está puesto ahora tu gozo, tu identidad y deleite? ¿fuera de Jesús? Él nos llama a confiar en el evangelio, donde Cristo es proclamado como el único Señor y salvador de nuestras vidas. Cree y vuélvete en arrepentimiento a él.
Nos perdemos en cosas vanas, cuando la realidad de toda las cosas, es Jesús. Él es mejor y verdadero.
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