(Efesios 4:13) Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
La mayoría de nosotros hablamos sobre ciertos aspectos de nuestras vidas y como Dios las usa para transformarnos. Este Pasaje describe una meta; una meta que todo creyente debe seguir. Lo que Dios espera de su pueblo es que en lugar de ser inmaduros los creyentes deben obedecer y crecer en todos lo sentidos en aquel que es la cabeza de la iglesia, esto es Cristo Jesús. En esta misma carta el apóstol ora para que la iglesia en Éfeso pueda ser llena de la plenitud de Dios (Efesio 3:19), ese mismo deseo tenia Pablo para con la iglesia de Colosas (Colosenses 1:28 a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre;) al igual que en la iglesia de Galacia (Gálatas 4:19 Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros) También Pablo en su segunda carta a los Corintios habla de la transformación radical que esta teniendo lugar para aquellos que están en Cristo Jesús (2Corintios 3:18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.) Mira el texto, dice que somos transformados. Nuevamente Pablo usa ese mismo lenguaje cuando le dice a los hermanos de Roma (Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.)
El Apóstol Pedro también nos da ese mismo mensaje (2Pedro 1:4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina,) Evidentemente Dios esta haciendo en cada creyente una obra de transformación, pero ¿por qué necesitamos transformados?
Así que meditemos en los siguientes aspectos:
1. La necesidad de la transformación
Primeramente debemos recordar que venimos a este mundo destruidos bajo el poder del pecado y de la muerte. A pesar de que conservamos aspectos de ser creados a la imagen y la semejanza de Dios, esa imagen a sido totalmente empañada y trastornada por el pecado. Por esto, cuando no tenemos en cuenta a Dios nosotros ideamos nuestros planes para la felicidad personal. Vivimos separados de Dios buscando definir nuestro camino, esto provoca que nuestras vidas se amolden a la forma del mundo y no de Cristo. La Buena noticia es que somos vivificados en Cristo Jesús (Efesios 2:4-6) y podemos ser formados al carácter de Cristo; transformados a través de la obra regeneradora del Espíritu Santo (Juan 3:3-5, Juan 6:63, Tito 3:5, 1Juan 3:9) Claramente solo los que experimentan la obra regeneradora pueden ver y entrar en el reino de Dios. Somos hechos una nueva creación en Cristo Jesús. El trabajo de ser transformados es una obra continua en nosotros y una marca de que pertenecemos al pueblo redimido del Señor. Nada de esto es posible aparte de Cristo. Esta obra de Dios es necesaria porque Él nos está preparando para el día en que nuestra redención estará completa, cuando seamos glorificados con Cristo. Mientras estamos en este mundo lastimados por el pecado en Cristo tenemos la bendición de ser sanados.
2. ¿Cómo somos formados en Cristo?
Ser formados en Cristo es un proceso que dura toda la vida, es como un largo y lento viaje espiritual; en el camino tendremos problemas, pruebas, tribulaciones, tristezas, angustias y enfermedades. En ese camino muchas veces para nosotros sea más fácil detenerse o atascarnos, pero debemos avanzar hacia el objetivo de ser como Cristo. El Espíritu Santo está trabajando en nuestras vidas, aun así, este proceso requiere una cierta cantidad de espacio y tiempo donde nos abrimos y escuchamos la voz de Dios por medio de su Palabra, la cual es usada por el Señor para renovar el entendimiento, santificar, limpiar, y alumbrar (Salmos 119:9, Salmos 119:130, Juan 17:17, ). Dios también usa cada circunstancia y cada persona para moldear nuestro carácter, y muchas veces los momentos más transformadores llegan en temporadas de sufrimientos y adversidad, incluso nuestro pecado y nuestra rebelión son usados para moldear nuestras vidas (Romanos 8:28-29). Por esto, debemos con gozo recibir las pruebas y aflicciones porque Dios está trabajando en nosotros (Romanos 5:3) y perfeccionando su obra hasta el fin (Filipenses 1:6)
Dios también usa cada circunstancia y cada persona para moldear nuestro carácter, y muchas veces los momentos más transformadores llegan en temporadas de sufrimientos y adversidad, incluso nuestro pecado y nuestra rebelión son usados para moldear nuestras vidas
Romanos 8:28-29
Dios nos ha creado, nos ha elegido y remido para formarnos como Cristo de modo que podamos honrarlo y glorificarlo en todo. Esto es posible por lo que Cristo hizo en la cruz al morir por nuestros pecados para librarnos de la ira de Dios y la muerte. Nos ha concedido gratuitamente vida por la sola fe en Él (Efesios 2:8, Romanos 5:1). ¿Quieres ser más como Cristo, anhelas que su carácter sea formado en tu vida? Ven a Cristo y confía en Él. Rinde todo tu ser y vuélvete de tus pecados en arrepentimiento aferrándote a su obra completamente. Más si rehúsas venir y ser más como el mundo y sus placeres, la ira de Dios permanece sobre tu vida y perecerás por tu rebelión; no podrás gozar de aquel día cuando su obra este completa y seamos glorificados a la imagen de Cristo, sin pecado, sin dolor, sin sufrimiento ni muerte.
Puedes leer la segunda parte de este seria de artículos: Hasta que Cristo sea formado en vosotros | Part-2
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